Gregorio, Ayrton, Juan Pedro, Oriol y Sergio, los cinco elegidos como lectores-probadores para el Reto Bridgestone-Soymotero Bridgestone Battlax T32, han dado su veredicto. Después de las primeras sensaciones, era hora de que nos dieran sus conclusiones finales. Ellos son los jueces que dirán si los T32 del fabricante japonés aprueba con nota, así que veamos lo que nos contaba cada uno de ellos.

Oriol Ferrer Costa (Yamaha Tracer 9 GT ’21)
«Para poner a prueba los Bridgestone T32, emprendí uno de mis viajes favoritos. Lo he hecho ya varias veces, y algunas más quedan por repetir, pues por proximidad a mi localidad y la orografía del terreno, lo convierte en un caramelito para hacer una escapada cuando no dispones de más de 4-5 días para poder hacer algo más elaborado. Es la más que conocida ruta trans-pirenaica.
Partimos de Barcelona, camino a Cap de Creus, y de ahí hasta Irún a través de los Pirineos, cruzando constantemente la frontera con Francia. Por las fechas del año que eran íbamos a encontrar nieve, frío, y probablemente lluvia… Pero evidentemente nada de eso nos iba a detener.
La primera jornada sin complicaciones, algo de agua, pero todo muy ágil y cómodo. Buen ritmo y nada a comentar que no haya dicho ya. La segunda jornada buen tiempo la mayor parte del día, ritmo alto y mucha diversión, cada vez más contento con los neumáticos. Llegas a plantearte si es necesario siquiera pensar en algo más deportivo para una moto de este estilo con la que piensas viajar. Probablemente no merezca la pena sacrificar todas las ventajas de este neumático en favor de una gama más deportiva como un S22, que era lo que inicialmente tenía en mente como compromiso correcto entre deportividad y turismo. Pero definitivamente estos neumáticos sport-touring hacen absurdo ir a esas gamas si lo que pretendes es hacer kilómetros.
Tercer día, amanece lloviendo. Corrijo, no se trata de una lluvia sin más, parece que se esté cayendo el cielo. Infinitas curvas reviradas por delante (370 km de puras curvas de montaña tocaban ese día) y el parte meteorológico ya nos adelantaba que no íbamos a tener ni un momento de tregua, y así fue.
Nos armamos con nuestras mejores galas de Gore-Tex, y al ataque. Partimos desde la falda del Tourmalet, en donde pudimos encontrar una preciosa masía en la que hospedarnos la noche anterior. Empezamos con mucha precaución, no conocemos la carretera y la visibilidad no acompaña. Vamos poco a poco entrando en calor, pero seguimos circulando con extrema delicadeza, pues en esa situación era como partir de cero, no sabes que te vas a encontrar, y para que engañarnos, el asfalto mojado hay que respetarlo. Conforme vamos haciendo kilómetros logramos vencer ese bloqueo mental que te fuerza a conducir como si de una carretera de hielo se tratara, y a partir de ese momento, oh señor…
Puedo asegurar que pocas veces me he divertido tanto como ese día, y que jamás me había divertido tanto bajo la lluvia. Hay que admitir que gran parte hay que agradecerla al excelente estado del asfalto que encontramos en la parte francesa en esa zona, realmente destacable, pero os aseguro que lo que hacen estos neumáticos bajo la lluvia es auténtica magia. Las curvas se suceden y el ritmo cada vez es mayor. Los neumáticos te transmiten la misma confianza que hacían hasta ahora en seco, y para mi sorpresa, incluso buscando un poco el límite de adherencia clavando frenos, cuesta encontrar el punto en el que el neumático diga basta. Acabamos «jugando» bajo la lluvia 3 de las 5 motos que íbamos, pues los otros 2 prefirieron pecar de prudentes antes que encontrarse en una situación indeseada.
El tiempo no perdonó ni 5 minutos, estuvimos 10 horas bajo la lluvia, y a pesar de ello para que entendáis lo bien que lo pasábamos, hasta repetimos un tramo que nos pareció espectacular.»
Llegamos ese mismo día a Irún, y después del éxtasis, viene el golpe de realidad, y el único defecto que puedo nombrar sobre estos neumáticos. Tanta diversión había pasado factura a los neumáticos, y el estilo agresivo de conducción durante los 3.800 km totales circulados a esas alturas, sumado a los asfaltos abrasivos por los que había circulado mayormente, especialmente esos últimos 1.000 km de estos 3 días de transpirenaica, daban resultado a que los neumáticos se viesen ya claramente viciados, a pesar de no notarlo aparentemente en el manejo, pues seguían respondiendo perfectamente incluso con evidencias de estar «triangulados».
Y ese es quizá el único pero que le he encontrado a los neumáticos, que siendo neumáticos sport-touring esperaba haber rodado más antes de encontrarme en esta situación, a pesar de que he de admitir que no les he dado buena vida, pues su uso hasta ese momento había sido 100% curvas y exigiéndoles bastante rendimiento, con lo que a poco que uses la moto de modo más racional estoy convencido que no vas a tener que afrontar este problema de ninguna manera. Hay que tener en cuenta que poca línea recta he circulado hasta ese momento con los neumáticos.
El viaje concluyó con 800 km más hasta Barcelona, con mucha curva todavía por delante, y con unos últimos 200 km de autopista en los que evidentemente no hay mucho a destacar que no haya comentado ya. Los neumáticos respondieron como el primer día a pesar del acusado desgaste comentado, desgaste comprensible como he comentado. Acabé alargando los neumáticos con un par de fines de semana más hasta los 5.500 km, donde ya sí empezó a ser muy marcado el desgaste haciendo incómoda la circulación.
Como conclusión final no se me ocurre mejor resumen que directamente deciros que he decidido repetir con otro juego de Bridgestone Battlax T32, dudando esta vez si montar la versión «GT» que ofrecen, de cara a alargar un poco la durabilidad. Pero finalmente no lo he hecho y he montado exactamente el mismo. Me ha parecido un neumático muy polivalente, que me ha demostrado permitirme divertirme, ir rápido, y que sé de sobras que si lo usas con cabeza te durará muchos km. Ya os diré que tal aguantan ahora que se va el frío… Esta vez intentaré alargarlos un poco más, o al menos maltratarlos un poco menos.

Sergio Relaño (Honda CBR600R de 2013)
«Neumático perfecto para el uso que le doy a la moto, que es un uso a diario en todo tipo de condiciones y carreteras. En invierno se ha comportado de una forma excelente, pues calienta muy rápido, transmitiendo mucha seguridad. En la Sierra de Madrid, ni el frío ni la sal parecen afectarle. Con lluvia, incluso con las tormentas de primavera, es el mejor neumático que he podido probar hasta ahora. Sin ABS en la moto, transmite mucha seguridad tanto frenando como acelerando.
Ya en rutas de fin de semana, incluso con acompañante, seguramente la elección acertada de la dureza de la carcasa permite que la moto sea cómoda. Mi moto no tiene bieletas y suele ser dura en carreteras rotas, pero con los Bridgestone T32 las rutas las hemos disfrutado.
Y ya con buen tiempo y exigiendo al neumático, parece no tener límites. Aprovechas toda la banda de rodadura, e incluso en curvas sostenidas, permite acelerar fuerte a la salida. Y ya llegando al límite, te avisa.
Comparado con el T31 va mejor en todas condiciones, aunque parece haberse gastado antes, seguramente porque permite ir más fuerte y el propio neumático te pide marcha. Un desgaste sin escalones a pesar de ir bastante por autopista, ni tampoco con dientes de sierra en los flancos.
Seguiré disfrutando del neumático y casi con toda seguridad, repita.»

Ayrton Orube Sagredo (Suzuki Bandit 400 ’91)
Ayrton ha tenido a la abuelita con algunos achaques propios de la edad, esto junto a que ha llovido lo que no está escrito no le ha permitido disfrutar tanto como hubiese querido. Pero esas pocas veces que ha salido, le han permitido volver a recuperar confianza en agua, algo que había perdido en los últimos tiempos. En seco sí es cierto que le gustaría que fuese un poco más blanda, pero para salidas «dominguero» por todo tipo de carreteras funcionan a la perfección.

Gregorio Callejo Cáceres (Kawasaki Versys 650 ’07)
«Tras 4.000 kilómetros, estoy muy contento tanto en el funcionamiento de la goma como en la estabilidad que da a la moto. Recientemente pude hacer ruta de dos días por los Picos de Europa con pasajero, y hemos podido sacarle todo el jugo posible a estos Bridgestone T32.
En mojado, la seguridad que transmiten es muy alta. En seco, por otro lado, permiten abrir muy fuerte entre curvas, saliendo a relucir una gran estabilidad. Quizás al ser una goma sport-touring, no son tan ágiles como otra goma tan deportiva. Pero su duración va a ser mucho mayor, superando con creces los 10.000 km en la trasera, incluso conduciendo de forma agresiva.
Seguramente repetiré gomas porque son ideales para hacer kilómetros, independientemente de la climatología o el tipo de carreteras.»

Juan Pedro Gil Rosado (Honda CB650R ’19)
«La rueda es muy polivalente, desde un uso ciudadano a rutas de 400 km. Agarra siempre, sin sustos, tanto en seco como en mojado. Me ha gustado especialmente en trayectos cortos, por su rápido calentamiento que te permite ir muy seguro ya los primeros kilómetros. Luego, ya en distancias largas, sabes que da igual las condiciones de la carretera o el clima que te pille, pues el Bridgestone Battlax T32 va a dar la talla.»