Hace un año se aprobó la nueva normativa de las ITV y trajo algunas novedades positivas, como no perder plazo por anticipar la revisión o que se acepten ya sin problema los latiguillos metálicos en los frenos . Pero en ese reglamento también se incluía algo muy nuevo, adaptado a los cambios que ha habido a medida que han entrado en vigor las diferentes etapas Euro, en coches y motos. Algo muy importante es la llegada en serio de la electrónica: en las ITV se enchufarán al vehículo y leerán la información de la centralita. Se revisará así el sistema “OBD” On-Board Diagnostics que monitoriza cualquier fallo en el sistema de seguridad o en el control de emisiones del motor y también posibles manipulaciones.
Pero esto implicaba varios cambios o necesidades: primero, las ITV necesitan comprar el equipamiento electrónico necesario (y formar a su personal para usarlo). Y además, necesitan la información de todos los fabricantes para poder tener referencias a la hora de las comprobaciones. Unas cosas con otras se ha retrasado esto y se ha modificado cuándo entra en vigor esto: será el 20 de mayo… de 2020. La UE obligará a los fabricantes a facilitar la información necesaria para las ITV, como máximo seis meses después de que se haya matriculado un vehículo, además será información individual por número de bastidor y actualizada cuando haya novedades en la programación.
¿Cómo afectará esto a las motos? Por ahora, poco: la gran mayoría de motos, sobre todo las que deben pasar la ITV, no tienen ningún sistema de este tipo porque no era obligatorio. Con la Euro 4 se introdujo un primer nivel de OBD básico en las motos y eso podrá revisarse (muy elemental). Con la Euro 5 (2020) la intención era obligar a implantar el segundo nivel de OBD en las motos, igual al que llevan los coches hace algún tiempo (2011), pero han aparecido muchas dificultades técnicas (y también de tiempo y costes) de forma que la UE ha aplazado esta medida (parece que hasta 2022 o 2024).
