Publicidad
[the_ad_placement id="adsense-mega-2-mobile"]

La mente contra la máquina

Fotos: Repsol
Fue un campeón del mundo el que una vez dijo: "Quizás comprenderías que no hay máquinas ganadoras, sino hombres ganadores".

Esta no es una frase irrelevante dentro de un deporte en la que las diferencias se miden en milésimas de segundo, donde las pequeñas ventajas en el material del que cada equipo dispone es vital y parece ser la explicación de todos a la hora de acabar la carrera: «Me falta potencia en la recta, hemos mejorado el paso por curva, optamos por volver al chasis del año pasado para aumentar la confianza del piloto».

En motociclismo, hay muchas veces en las cuales el papel del piloto se minimiza en favor de la mecánica, ha pasado desde siempre y no de manera acertada en según qué casos. Pero en esta atípica temporada sí que es más perceptible que pese a contar con las mismas herramientas que el año pasado, la mente está siendo tan determinante o más que la máquina.

Todo debe tener la correcta puesta a punto para que los resultados lleguen en el seno de un equipo, y no me refiero exclusivamente a la moto. La mente del piloto es la primera pieza a ajustar. El problema es que no es tan “sencillo” como afinar una de las piezas mecánicas de la moto: cada mente tiene sus propios reglajes. Un campeón del mundo de MotoGP dice: El día que deje de divertirme dejare de ir rápido y otro campeón del mundo contesta: no me he divertido nunca en moto desde que he comenzado con tres años a pilotar.

No obstante y pese a sus diferencias hay ciertos puntos en común que todo piloto necesita para dar lo mejor de él, posiblemente el primero sea la confianza. La caída en la primera carrera del año y el error en la salida en la segunda, condicionaron la confianza de campeón del mundo del 2012. En tan solo dos carreras se vio muy lejos de la lucha por el campeonato en la que debería estar envuelto y eso afectó a su pilotaje. Más calmado, más recuperado físicamente, más centrado en la lucha por la victoria de la carrera y no tan obsesionado por el campeonato, este campeón del mundo nos ofreció una carrera que pasará a la historia. No ganó, pero en carreras como la última en Mugello eso es lo de menos.

En el corralito después de la carrera se repitieron las mismas frases, lugares comunes a todos los pilotos: «Hemos mejorado la frenada y nos ha permitido ser más rápidos, estoy en mejor forma física, no pude hacer una buena pretemporada debido a mi paso por el quirófano». Todo esto es estrictamente cierto, pero no hay frenos lo suficientemente buenos ni estado de forma óptimo que puedan suplir la importancia de la mente de un campeón del mundo con confianza y hambre de victoria. No hay repuesto para esa pieza.

Recordad las acertadas palabras: «…no hay máquinas ganadoras, sino hombres ganadores». Este tipo es un ganador pero él debe ser el primero en creer en sus posibilidades. Hasta en este deporte tan marcado por la tecnología, la mente está por encima de la máquina.

Sigue a Adolfo en Twitter

Relacionados

Lo último

Lo más leído