Más de un centenar de motos clásicas y siete campeones del mundo de motociclismo se dieron cita el pasado fin de semana en el Circuito de El Jarama para vivir el espíritu vintage en estado puro.
Exhibiciones en pista, carreras, firma de autógrafos y mucha gasolina inundaron un paddock que volvió a vivir sus mejores épocas. Ni las bajas temperaturas, ni un cielo encapotado impropio del mes de junio frenaron la avalancha de público que pudo transportarse a los mejores años de las décadas de los ’60, ’70 y ’80.
Además de Nieto, un habitual en esta cita, también estuvo Eugenio Lazzarini, Pier Paolo Bianchi, Jorge Martínez “Aspar”, Carlos Cardús o Jean-Francois Baldé entre otros. Entre las monturas, destacar la presencia de la Laverda 1000 V6, conducida en esta ocasión por el propio Piero Laverda (hijo de Francesco, nieto del fundador de la marca), además de una interesante selección de Kawasakis en la que destacaba la KR500 monocasco original del tetracampeón del mundo sudafricano Kork Ballington. Tampoco hay que olvidar las cinco Cagiva 500 (desde la unidad de 1986 de Garriga hasta la de Kocinski de 1994), la Aermacchi Harley 250 de Gianfranco Bonera, una Suzuki Bimota o rarezas como la König 500 con motor fueraborda, la Paton o la Siroko-Cobas.
Las mecánicas monocilíndricas también tuvieron su momento de gloria, con entrenos y carrera, al igual que el off road, con sendas unidades de motocross y carreras para categorías Pre 76 (monturas fabricadas antes de 1976) y Twinshock (con doble amortiguador trasero). Puch, Maico, Bultaco, Montesa, Gilera, Husqvarna, Suzuki…. lucieron fuelles y aleteados en los cilindros para orgullo de los crosseros de antaño. Al igual que el año pasado, Toni Elías padre demostró que quien tuvo retuvo.
Como novedad este año, también hubo un espacio dedicado a los vehículos militares, con dos BMW con sidecar originales perfectamente restauradas tal y como sirvieron en la II Guerra Mundial.
Motos y mucho más
Además de toda la acción sobre el trazado, el paddock también acogió gran variedad de actividades, exposiciones y stands, como el gran mercado ClassicAuto Summer ofreciendo objetos de colección, automobilia… y hasta coches reales a la venta.
Los más pequeños disfrutaron a lo grande con la carpa de Circo, y los más mayores se sintieron como enanos con sus actuaciones al rememorar aquellos maravillosos años con ‘los payasos de la tele’.
Dos autobuses de la década de los ’80 causaron furor circulando por el paddock e incluso por la pista, pudiendo disfrutar en grupo de un trayecto sin picar billete realmente inolvidable.
Las máquinas recreativas y los pinball funcionaron sin parar, con juegos tan míticos como el Street Fighter, el Space Invaders, Pacman o Tetris.
