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Finalmente Francia no se salva de las ITV

Donde dije digo, digo ITV obligatoria
Fotos: Le Repaire des motards
Parece la mágica novela de Michael Ende, la Historia interminable, aunque en vez de contar con sus entrañables personajes nos encontramos políticos que cambian de opinión. Aunque todo indicaba que se librarían de la ITV obligatoria, ahora quieren ponerla en marcha para este mismo octubre.

A ninguno nos pilla por sorpresa que los políticos cambien continuamente de parecer, en función de las presiones que reciben o si están cerca de unas elecciones. Tanto es así que desde el otro lado de los Pirineos la sensación que tenemos es más o menos esa. En cualquier caso lo que ha habido es un cambio de la posición, y es que poco más de un mes después de anunciar que se anulaba definitivamente la ITV para motos, se acaba de poner en marcha un plan para que sea obligatoria a partir del mes de octubre.

Hay que recordar que la moratoria de la UE al respecto obligaba que aquellos países que no tuvieran ya en vigor la ITV para motos tenían como tope máximo este 2022, aunque es cierto que les proponía alternativas que parecen haberse dejado de lado. Todo indica finalmente el gobierno galo parece haber cedido a las presiones una vez las elecciones presidenciales han pasado, para elegir el camino más sencillo, la ITV obligatoria. Sea como fuere, ahora se plantea un futuro complicado y es que poner en marcha todo un sistema de revisiones específicos para motos en cuatro meses parece que se antoja complicado.

Las motos requieren de equipos diferentes

Al menos así lo entienden en Francia y es que los centros de control que están en funcionamiento en el país vecino están preparados para otro tipo de vehículos, pero no para las motos. Las pruebas que deben pasar las motos requieren de sistemas diferentes y, además, implican que estén homologados para realizar las revisiones a las motos, lo que supone otro escollo especialmente en un periodo tan corto de tiempo.

A ello hay que sumar el hecho de que los nuevos aparatos además de una gran inversión inicial necesitarán personal formado y, de nuevo, el tiempo juega en su contra. Si todo esto no fuera suficiente desafío, por el momento ni tan siquiera están recogidos los puntos a revisar en las motos. En Francia, para coches, se revisan un total de 133 puntos que pueden dar hasta 600 fallos diferentes, pero por ahora no se ha elaborado (o hecho público) los elementos que deberían revisarse.

Como remate final y teniendo en cuenta que se espera el nombramiento de un nuevo ministro de Transporte tras la elección de la Primera Ministra Enlisabeth Borne, serían 3.000.000 de motocicletas las que tendrían que pasar la revisión por lo que se debería establecer también un orden y un plazo que ofrezca la progresividad de la implantación necesaria para no colapsar los centros. En resúmen, una complicada situación para resolver y que, como es lógico, no ha sentado bien a los moteros franceses que aprovechan para recordar que solo el 0,4% de los accidentes de moto tienen que ver con un fallo técnico.

 

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