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Europa busca reducir a 70 km/h el límite de velocidad en carretera

Fotos: SMN
Esta semana la DGT intensificará los controles de velocidad en las carreteras españolas. Será la primera campaña importante después de que se redujese el límite de velocidad en carreteras convencionales a 90 km/h. Pero además se está estudiando reducir el límite a 70 km/h con el objetivo de buscar la cifra de 0 fallecidos.

En el anuncio de la campaña de control de velocidad puesta en marcha por la DGT esta misma semana, la Dirección General de Tráfico hacía también referencia a una posible reducción de los límites de velocidad en tres escenarios típicos incluyendo las carreteras convencionales donde la velocidad máxima no debería ser superior a los 70 km/h.

Debemos tener en cuenta que a finales de enero se fijó una velocidad máxima en carreteras convencionales sin separación física entre los dos sentidos de circulación de 90 km/h, independientemente del número de carriles o el ancho del arcén. Se buscaba de esta forma normalizar la velocidad en todo tipo de vías al mismo tiempo que se intentaba reducir el número de fallecidos en aquellas carreteras que aglutinan el mayor número de muertos anualmente.

Sin embargo la búsqueda no es reducir los fallecidos sino conseguir una cifra utópica de ningún muerto en carretera. Es lo que en las políticas de seguridad vial de la Unión Europea se conocen como Visión Cero y Sistema Seguro y con las que también trabaja la DGT dentro de su Estrategia de Seguridad Vial 2011-2020.

Este Sistema Seguro está reconocido por otros organismos como la Organización Mundial de la Salud y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico y se basa en la premisa de que el ser humano comete errores y por lo tanto, es necesario buscar aquellos errores que puedan provocar muertes o lesiones graves y evitarlos.

Señal velocidad 70 km/h

De esta forma los organismos involucrados establecen unos límites de velocidad basados en las fuerzas que el ser humano puede tolerar en función del accidente en el que se ve involucrado. Así en las ciudades, el mayor riesgo es de atropello y por ello la velocidad máxima no debería ser superior a los 30 km/h.

En aquellos lugares con intersecciones o riesgo de golpes laterales, la velocidad máxima debería estar fijada en 50 km/h mientras que en carreteras convencionales que no exista separación física entre los dos carriles y, por lo tanto, un alto riesgo de colisiones frontales, el máximo debería ser de 70 km/h.

En este último caso hay que tener en cuenta de que aunque los vehículos se fabrican para ser seguros en accidentes contra objetos fijos a velocidades superiores a los 60 km/h, en una colisión frontal entran en juego la suma de velocidades de los dos vehículos. Con una velocidad máxima de 70 km/h y sistemas de seguridad activa como el frenado automático de emergencia, las posibilidades de sobrevivir en un accidente de estas característica se incrementan notablemente.

Claro está que esta fórmula sólo se aplica a turismos mientras que las motocicletas están fuera de los cálculos. Aunque bien es cierto que una menor velocidad implica a su vez un impacto más leve así como mayores posibilidades de poder realizar maniobras evasivas que eviten o minimicen las posibilidades de accidente.

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