Los intentos de batir récords mundiales de velocidad suelen concentrarse en verano, cuando las condiciones climáticas son más favorables y los lagos salados ofrecen superficies ideales para alcanzar velocidades extremas. Sin embargo, el invierno también brinda escenarios únicos para estas hazañas, y algunos aventureros buscan desafiar los límites en un entorno aún más hostil y peligroso: los lagos helados.
Desde hace 17 años, el lago Storsjön, ubicado cerca de Sandviken, en Suecia, se transforma en un verdadero campo de pruebas para los amantes de la velocidad extrema durante el evento The Fastest Ice in the World. Esta competición reúne a pilotos y equipos de todo el mundo que desafían las leyes de la física sobre superficies congeladas, adaptando sus motocicletas y técnicas de pilotaje para enfrentar condiciones extremas de frío, adherencia reducida y vientos impredecibles.
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Así fueron los récord sobre el hielo sobre sendas Honda
Fue en este escenario donde los pilotos Julien Toniutti y Morgan Govignon, acompañados por el hijo de este último, Gary Govignon, emprendieron una ambiciosa misión: establecer nuevos récords de velocidad sobre hielo con sendas Honda preparadas. Uno de los hitos más destacados de la jornada lo protagonizó Gary Govignon, quien, con tan solo 8 años, abrió una nueva categoría y se convirtió en el primer poseedor del récord mundial de velocidad en una motocicleta de 4 tiempos y 50 cc.
A los mandos de su Honda CRF50, el joven piloto logró alcanzar una velocidad máxima de 57,4 km/h, convirtiéndose en la gran revelación del evento y en el participante más joven de esta exigente competición.
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Por su parte, Morgan Govignon participó en la categoría de motocicletas atmosféricas carenadas de 4 tiempos y 500 cc, compitiendo con una Honda CB500 del 2001 especialmente modificada. Gracias a una meticulosa preparación y una estrategia de pilotaje precisa, logró alcanzar una velocidad máxima de 190,71 km/h, asegurando así un nuevo récord en su categoría.
En la misma cilindrada, pero con una configuración distinta, Julien Toniutti desafió los límites con otra Honda CB500 de 2001 sin carenado y de serie. Lamentablemente, el intento del galo se quedó a escasos 6 km/h del récord, pero su logro sigue siendo impresionante, ya que alcanzó una velocidad final de 162,2 km/h en unas condiciones extremadamente difíciles.
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Sin embargo, más allá de los números y los récords, para Morgan Govignon este proyecto representa mucho más que la búsqueda del rendimiento.
El piloto francés declaró: «Es una aventura humana y mecánica, una historia de pasión, desafíos y momentos inolvidables. Construir nuestras motos durante semanas, imaginar cómo batir un récord con un motor de serie, compartir esta experiencia con amigos y con mi hijo… Todo eso hace que este viaje a Escandinavia sea algo único«.