Lejos de marcar la recuperación de la velocidad norteamericana, MotoAmerica de momento no ha marcado el necesario cambio que necesita el motociclismo en Estados Unidos para poder volver a producir talentos con destino al Mundial. MotoGP, por primera vez desde 1976, no tiene un piloto norteamericano en sus filas, y MotoAmerica, el campeonato que dirige Wayne Rainey, está intentando corregir esta tendencia, y de momento sigue siendo un campeonato en el que imperan los viejos nombres de la velocidad norteamericana.
Cameron Beaubier, un piloto que pasó por la Red Bull Rookies, lidera en Superbike, y es el único que rompe el dominio de la vieja guardia, aunque a falta de una sola carrera por disputarse, el señalado 11-S, en New Yersey, todavía se las tiene que ver con el veterano Josh Hayes, que solo ha ganado dos carreras pero ha sido muy regular, y con el debutante Toni Elías, cuya falta de conocimiento de las complicadas pistas norteamericanas ha suplido con su talento y calidad, ganando cinco pruebas.
Sin embargo, a pesar de ver a Beaubier en lo más alto, la velocidad norteamericana está lejos de ser la cantera de pilotos que un día dominó el Mundial. La facilidad con la que Elías ha entrado en el campeonato, ganando las tres primeras carreras que disputó, demuestra que el verdadero nivel de la competición. Hay que reconocer que Elías no es hoy el piloto que ganó un Mundial y luchó por varios títulos en diferentes categorías. En 2015 disputó cinco Grandes Premios en MotoGP, y su mejor resultado fue la 14ª posición en Sepang.
¿Y cuál es el verdadero nivel de Beaubier? Tuvimos la ocasión de comprobarlo en el Mundial de SBK en Donington Park, cuando el norteamericano acudió para cubrir la ausencia de Sylvain Guintoli, lesionado en Imola, con la Yamaha oficial. Fue noveno en la Superpole, y se cayó en la primera vuelta de la primera carrera, mientras que en la segunda fue décimo, a más de 26 segundos del ganador. Todavía está lejos de ser ese piloto que impresionó en SBK en 2009, Ben Spies, que ganó el Mundial a la primera, y fue el último talento yanqui que llegó a los Grandes Premios, aunque luego, por diversas circunstancias, terminó completamente diluido.
El panorama en las demás categorías de MotoAmerica tampoco es nada halagüeño. En Superstock lidera Josh Herrin, que pasó sin pena ni gloria por Moto2 hace dos temporadas, con Claudio Corti, desahuciado de MotoGP, como principal alternativa. Y en Supersport, Garrett Gerloff y JD Beach (excampeón de la Red Bull Rookies) se disputan el título, con Valentin Debisse (que pasó sin pena ni gloria por Moto2 y Supersport) como alternativa.
En esencia, MotoAmerica mantiene las mismas competiciones de siempre, basadas en las motos de producción y sin desarrollar categorías para prototipos. Hay en marca un campeonato de base para pilotos jóvenes sobre las KTM 390, pero de momento no hay visos de que llegue la categoría de Moto3. La velocidad actual está estructurada de tal manera que su proceso implica un avance progresivo desde la base, que es Moto3 y las categorías que la preceden.
El único piloto norteamericano que ha tomado contacto, parcialmente, con ese proceso es precisamente el que mejores resultados parciales ha cosechado en los últimos años a nivel internacional. PJ Jacobsen, subcampeón de Supersport en 2015, está plenamente asentado en el campeonato, y antes de llegar allí pasó por el CEV, donde fue piloto del Team Aspar en 125, antes de dar el estirón y dar el salto a motos más potentes en el campeonato AMA. Después no tardó en proyectarse hacia Europa, y aquí sigue.