Hasta 6 pilotos, Dom Herbertson, Paul Jordan, Andrea Majola, Stefano Bonetti, Erno Kostamo y Patrick Hoff, son los protagonistas de una nueva e increíble aventura en la Isla de Man, en la que lucirán el Nolan X-804 de alta gama. Lo harán en una carrera que no se parece a ninguna otra. Un evento legendario que desafía al tiempo, al valor y a toda idea convencional del motociclismo.
Es el Tourist Trophy, que se corre cada año en la Isla de Man: un lugar sagrado para quienes viven el motociclismo como un puro espíritu de libertad, velocidad y tradición. Y es aquí donde Nolan ha decidido renovar, de forma auténtica y coherente con su estrategia, su profunda conexión con el mundo de las carreras.
El Nolan X-804 será máximo protagonista en el circuito urbano de Snaefell
En la edición de 2025, que ha comenzado esta semana y se prolongará hasta el próximo 7 de junio, seis pilotos excepcionales, incluidos los dos nuevos participantes Dom Herbertson y Paul Jordan, saldrán a la pista con el X-804, el casco de gama alta de la línea Speeding de Nolan, símbolo de excelencia artesanal y visión de competición.
El Tourist Trophy, que se disputa en el circuito de montaña de Snaefell, de 61 kilómetros, no es solo una carrera: es un ritual. Una etapa en la que la conexión con la carretera es real, áspera, visceral. En este contexto, Nolan encuentra una conexión con el público y con los valores del motociclismo: pasión, coraje, tradición, autenticidad.
En la Isla de Man no es solo la velocidad lo que marca la diferencia. Es la capacidad de enfrentarse a un trazado imprevisible, donde el sol y la lluvia, la luz y la sombra pueden alternarse en el tiempo de una curva, donde el piloto circula entre rectas impresionantes y tramos sinuosos en los que cada milímetro de control es esencial.
En este contexto, el X-804 no solo se confirma como un accesorio capaz de garantizar la máxima protección y rendimiento, sino que se convierte en un verdadero aliado para vivir dos semanas a toda velocidad, gracias a la combinación de tecnología, investigación aerodinámica, materiales de calidad y confort.
Dom Herbertson, inglés, cara conocida del paddock del TT, es uno de esos pilotos que combinan el talento puro con una pasión inquebrantable por las carreras en carretera. Auténtico, decidido, carismático: es un embajador ideal del espíritu de Nolan. A su lado, Paul Jordan, irlandés, joven promesa de la carretera, protagonista ya de excelentes actuaciones en ediciones anteriores y ganador de la reciente North West 200, aporta frescura, técnica y una visión moderna de la competición.
Dom Herbertson comenta: “Desde niño solo he querido correr en moto. Me encanta el Tourist Trophy. Lo realmente emocionante es cuando llegas a la línea de salida: te concentras, estás tranquilo con el corazón empezando a bombear a toda velocidad y piensas en lo que te espera durante los próximos 15 minutos.”
Concluye: “El recorrido es muy largo y la mejor parte es Bray Hill, un empinado tramo cuesta abajo entre Douglas y Ramsey. Se te para el corazón, la moto aplasta, zumba, los amortiguadores están a tope, tanto que el bordillo se lleva por delante los carenados de las motos, es una sensación de locura. Todos los años cambio los gráficos del casco y este año para mi Nolan X-804 he elegido la imagen del Gato de Cheshire, porque todo el mundo acude a él y le pide consejo sobre qué hacer y cómo hacerlo. Espero que pueda guiarme hacia la victoria”.
Por su parte Paul Jordan ha dicho: “El TT es un desafío a ti mismo. Son las dos mejores semanas de tu vida, para vivirlas al límite. No puedes correr hacia la Montaña diciendo que no tienes miedo, eso es una tontería. Tienes que tener miedo, para vencer tu miedo. Correr en moto por esas carreteras es como una apuesta, una tirada de dados. Sabes que estás viviendo algo increíble. La parte más emocionante para mí es la salida de Ramsay, es un tramo realmente mágico, cuesta arriba y pintoresco.”
Concluye: “Estoy deseando montarme en mi Nolan X-804. Sus gráficos recuerdan a los que utilizaba cuando competía en el Campeonato Británico. Por aquel entonces, mi compañero de equipo pintaba los cascos y dibujaba una estrella rosa en el lateral. Con el tiempo me he mantenido fiel a ese gráfico, pero quería algo que me distinguiera, así que para el color del casco elegí el amarillo.”