La cuenta atrás para que comience la nueva temporada de MotoGP es imparable, en poco más de 10 días (11 para ser exactos) el campeonato 2023 arrancará en el espectacular Autódromo do Algarve, Portimao para todos. El caso es que ese mismo trazado ha albergado los test de pretemporada este pasado fin de semana, y lejos de los resultados obtenidos donde las Ducati han marcado el ritmo a seguir, lo que más ha llamado la atención han sido las nuevas soluciones aerodinámicas que hemos podido ver.
Especialmente llamativo ha sido el caso de la Yamaha de Fabio Quartararo en la que hemos podido ver, esta vez sí, un auténtico alerón. Hablamos del concepto heredado de los coches, con su pilar central (en este caso en V) y el ala arriba. Viendo semejante “invento”, las redes no pararon de recibir las opiniones. Y lo curioso del caso, estas se centraban en la estética. Pues bien, todos tenemos que tener claro que no hay más moto más bonita que la que gana. Eso es lo que se busca en las carreras: vencer. Por tanto, si a Yamaha le termina funcionando el invento lo pondrán en sus motos durante los Grandes Premios.
Pero, siempre hay un pero, la cuestión aquí no es la estética. Lo que nos debe importar a los aficionados es qué supone esta aerodinámica. Desde la segunda mitad de la década pasada la guerra aerodinámica ha sido imparable. Fue la respuesta que encontraron los ingenieros para poder contrarrestar los efectos que surgieron al no poder gestionar la electrónica, como sucedía antes de la implantación de la centralita única. A base de trabajar en la aerodinámica se conseguían mitigar algunos efectos.
Y, claro, como cada vez que a alguien capaz y con presupuesto le das vía libre, los apéndices aerodinámicos fueron ganando su espacio con versiones más y más evolucionadas, hasta llegar al día de hoy donde no solo hay alerones sino auténticos conductos en los carenados al más puro estilo F1. Pues bien, es que además estas soluciones han revolucionado a su vez el resto de la moto,que también ha afectado a las geometrías y ahora las motos son más largas de lo que eran antaño. Pero además, la gran carga delantera ha ayudado a que aparezcan los dispositivos que modifican en marcha esta geometría, bajando el tren trasero en plena aceleración.
Además de todo esto, tal como hemos oído a los pilotos y estamos viendo, las caídas del tren delantero no son tan suaves como antes, sino que son más altas ¿por qué? Porque la aerodinámica empuja y no avisa. Cuando pierdes la rueda delantera a cierta velocidad ya no hay nada que hacer, y si no tan solo hay que echar un vistazo al calvario de HRC, que por otro lado parecen junto a Yamaha los más convencionales en este frente. Pero el problema de todo esto es que, al final, se consiguen motos más rápidas, que son más físicas de conducir y en las que adelantar es muy complicado.
¿Por qué? Pues ya no es solo que la moto en general sea tan precisa en todas las áreas y a la vez voluminosa, es que precisamente la aerodinámica está haciendo que no se pueda rodar cerca. Si has visto carreras de F1 sabrás que ese es uno de los grandes problemas. Rodar cerca implica dos cosas. La primera de ellas es que te “comes” los rebufos, sí los rebufos que no es la aspiración que te hace correr más en las rectas sino las estelas turbulentas, lo que complica la situación. Pero más compleja es la segunda y es que tanta aerodinámica te quita aire limpio y fresco para refrigerar los neumáticos y el resto de los componentes de la moto, aunque lo que más afecta es justamente a los neumáticos.
¿Qué tiene que ver el no tener aire limpio con los neumáticos? Pues que sube la temperatura de los mismos y también la presión, por lo que se pierde agarre y sin agarre, mal negocio. Al final esto nos lleva a carreras de “trenecitos” de dos ruedas donde adelantar es cada vez más complicado y el producto menos atractivo. Y sí, es que no podemos olvidar que MotoGP es un producto y si no se vende, va a ser complicado seguir manteniéndolo.
Se pueden poner motos de 10 millones de euros en pista, que sean las más rápidas de la historia, pero eso no hará que la gente sienta atracción por las carreras. Tampoco ayuda, ya lo hemos hablado otras veces, la (legítima) política de emisiones por TV de Dorna. Pero si no entra público nuevo porque no hay acceso a conocer el deporte, y al de toda la vida no le resulta atractivo ,el problema es obvio.
En esta ocasión si MotoGP quiere salvarse solo le queda, esta vez sí, copiar a la F1. Menos aerodinámica para tener un producto más atractivo, además de mover fichas para atraer a nuevo público. Lo peor es que, por mucho que se empeñen en decir lo contrario, es un tema urgente y arreglar algo urgente mañana ya es tarde en las carreras y en la vida en general.
