La Ducati DesertX y Antoine Meo han hecho historia en una de las carreras extremas más importantes del panorama internacional.
La Erzbergrodeo es, desde hace tiempo, uno de los desafíos más potentes de enduro extremo. Es por eso que se esperaba con interés el papel que podían desempeñar el binomio Ducati DesertX y Antoine Meo.
Piloto y máquina italiana se enfrentaron a otros más de 1.200 inscritos. Y es que antes del “Rodeo” que todos conocemos están las fases clasificatorias. Es lo que se conoce como Iron Road Prolog
Allí, la Ducati DesertX y Antoine Meo se mostraron intratables. Aunque tenían por delante 600 metros de desnivel y un trazado de 13,5 kilómetros, fueron imbatibles en su categoría.
Hay que recordar que, en este caso, corrían en la categoría reservada para motos mono y bicilíndricas. El rendimiento fue tan superior que en la carrera del viernes consiguieron aventajar en 12 segundos al segundo.
El sábado la ventaja fue todavía mayor y cruzó meta con una ventaja de 20 segundos a pesar de que la pista estaba en peores condiciones. Una muestra de las capacidades de la Ducati DesertX y Antoine Meo que sólo era un anticipo de lo que estaba por venir.
La Ducati DesertX y Antoine Meo brillaron fuera de su hábitat
Luego fue el momento del Mitas Rocket Ride, un formato en el que 277 pilotos se enfrentaban entre sí en dos cronos para pasar a la fase final. Después de lograr el puesto 16 de los 48 empezó a pasar los cruces.
Así, sorprendentemente, llegó a la final en la que era la única moto bicilíndrica. Con todo en su contra, la Ducati DesertX y Antoine Meo lograron una increíble cuarta posición final.
No hay que perder de vista, además, que la moto estaba prácticamente de serie. Y no sólo eso, es que este no es ni de lejos el territorio en el que una máquina así saca su potencial.
Ver el resultado conseguido con un “monstruo” de 937 cc con refrigeración líquida, 110 CV y 92 Nm de par máximo es para quitarse el sombrero tanto con la moto como con Antoine. Y es que el que tuvo retuvo.