Sin nada que decidir la categoría reina asume su última carrera de la temporada, donde se abandonarán las 800cc, antes del salto a 1.000cc.
Aún dolorido Héctor Barberá se pondrá a los mandos de su Ducati para correr el último Gran Premio de la temporada, para el equipo alcireño, que llega a la que es su casa en el Circuito Ricardo Tormo. El valenciano no quiere perderse la última cita del año, entristecida por el trágico fallecimientos de Marco Simoncelli, donde la afición y la familia del paddock le rendirán un sentido homenaje, ante el hueco que deja.
Héctor Barberá
«El Gran Premio de la Comunidad Valenciana es muy especial para mí, además el Circuito Ricardo Tormo siempre ha sido uno de mis talismanes. He ganado tanto en 125 como en 250, siempre se me ha dado bien. Normalmente consigo ir rápido desde el primer día, además tengo muchas ganas de volver a subirme a la moto. Va a ser un gran premio extraño, en el que acusaremos mucho la pérdida de Marco. No llegaré en mi mejor forma física, porque todavía estoy convaleciente de las lesiones en la clavícula y en las costillas, y he estado unos días en la cama con fiebre. Al estar inmóvil, acostado, se me ha cargado bastante toda la zona afectada por la lesión, y no he podido trabajar con el fisioterapeuta. Es cuestión de tiempo que mejore, si es necesario durante el fin de semana me infiltraré. Será un gran premio bonito y emotivo, pero a la vez bastante duro.»