A los 88 años y después de una vida fascinante nos ha dejado Carlo Murelli, un auténtico entusiasta de Honda y de la competición. Pero por encima de todo, un técnico histórico de competición en la era más impresionante de las 500. Nació en PIacenza, pero gran parte de su vida la pasó en Roma aprendiendo el oficio en marcas icónicas de mediados del siglo XX como Mondial o Bianchi.
Sin embargo su historia como técnico en el Mundial de Motociclismo no es conocida por aquellos inicios sino por marcar un hito dentro de Honda. Por aquél entonces la división de competición de Honda no era HRC, sino HSC, y se convirtió en el único técnico europeo que formó parte en el equipo de las impresionantes Honda NR 500, aquellas cuatro tiempos con pistones ovalados que debutaron en 1979.

Detrás de aquellas motos, consideradas como uno de los mayores fracasos en la categoría reina de Honda y a las que se llegó a conocer como “Never Ready” haciendo juego de palabras con sus iniciales, estaba un equipo técnico de un gran nivel y unas ideas que sentaron la base de las MotoGP actuales.
Hay que recordar que luchaban contra las implacables 500 de dos tiempos con un reglamento en el que podían disponer del mismo cubicaje, y aun así fueron capaces de fabricar una moto que era capaz de ofrecer 122 CV a 22.000 rpm en 1982. Pero todo aquél esfuerzo no fue suficiente, y después Honda tuvo que desechar los cuatro tiempos y decantarse por los dos tiempos, primero con la NS y luego con la NSR, la 500 más eficaz de la era 2T.
Como decíamos al inicio del artículo, la vida de Carlo Murelli siempre estuvo muy vinculada a Honda y fue, precisamente en el box de Honda hace un tiempo en Misano, la última vez que se le pudo ver en las carreras. Ahora, tras un periodo ingresado en el Hospital de larga Estancia del Esquilino, en Roma, nos deja para siempre con un legado envidiable. DEP