Aunque la primera campeona del mundo de Moto2 fue una Moriwaki (con Toni Elías a los Mandos) y Suter consiguió el título en 2012 gracias a Marc Márquez, la realidad es que la suiza Kalex ha sido la dominadora de esta categoría no sólo por títulos sino por carreras o cantidad de motos en la parrilla. Los chasis alemanes funcionan bien y diferentes pilotos han conseguido adaptarse a ellos, con el motor de la tetracilíndrica Honda CBR 600 que como sabemos en 2018 correrá por última vez, antes de la llegada de los tricilíndricos Triumph.
¿Cómo se fabrican estos chasis preciosos (en todos los sentidos? En este vídeo lo puedes ver de forma acelerada…
Decimos que son preciosos, porque además de bonitos no son baratos precisamente. Un chasis Kalex nuevo ronda los cien mil euros de valor: es la parte más cara de una Moto2, con diferencia. El motor es lo de menos pues es casi de serie, y en competición se paga un alquiler ya que los mantiene (y sortea) una empresa de la organización. Las suspensiones, llantas y frenos tampoco tienen un coste excesivo (la quinta parte del chasis aproximadamente) y carenados o resto de piezas (cableado etcétera) tampoco suman una gran cifra.