BSK SpeedWorks busca en sus trabajos, eso, velocidad. Y no hay nada más rápido que las carreras, da igual de corta distancia o de resistencia. Por eso llevan trabajando desde hace tiempo en una endurance con base de una BMW K100 de 1985. Algo sobre el papel nada sencillo, pero que con buen hacer e ingenio han conseguido desarrollar.
Lo bonito de convertir una K100 en una moto de circuito es que nos hace recordar irremediablemente a la afeitadora, es decir, a la BMW K100 desarrollada por Antonio Cobas y que cogía su sobrenombre al estar patrocinada por la marca de cuchillas de afeitar, Braun.
Con una idea muy parecida, BSK SpeedWorks desarrolló esta BMW K100 Endurance Racer para disputar las Endurance Legends británicas donde quedaron terceros en 2017 (categorías de clásicas) y de nuevo terceros en 2018 (categorías Superbike).
Tal y como ellos mismo dicen, es una moto en constante desarrollo y para la que realizan multitud de piezas que luego están disponibles para los amantes de las K100 y K75. El motor ha sido completamente mejorado por ellos, incluyendo un sistema de encendido programable Delta y puesto a punto específicamente para su motor. Buscan además de rendimiento, fiabilidad (necesaria para carreras de resistencia) pero también consumo de combustible contenido. Si paras menos en box, tienes que correr menos en pista.
El chasis es el original, pero aligerado y reforzado en aquellos puntos que lo necesitaban. La horquilla es de K75 pero tanto esta como el amortiguador son de la marca RAM, con llantas en 17” delante y detrás así como neumáticos 120 y 160 respectivamente. El freno delantero es un Brembo serie Oro y el escape es propio de BSK SpeedWorks.
No mencionan sus prestaciones pero nos podemos hacer una idea tomando como base las que consiguió Cobas en la afeitadora: 185 kg y 108 cv. Nada mal para para una moto más asociada a la Guardia Civil (sobre todo en su versión K75) que a las carreras.