Publicidad
[the_ad_placement id="adsense-mega-2-mobile"]

Alumbrado que nos hace más visibles y además mejora la estética

Fotos: Philips
Sabemos que las luces de las motos, además de iluminar de noche, sirven para que el resto del tráfico nos vea, por nuestra seguridad. Algunas bombillas, además de conseguir eso con más éxito porque nos destacan más, favorecen el lado estético de la moto.

Todos los que vamos en moto lo sabemos y nosotros lo hemos tratado con frecuencia, la famosa frase de ver y ser visto es clave. Las luces de una moto cumplen la doble función de iluminar nuestro camino de noche, pero también hacer que los otros usuarios de la vía se percaten de nuestra presencia: más seguridad. Pero hay una tercera función de las luces, quizás menos “vital” pero no menos importante para mucha gente: la estética.

Philips Crystal Vision

Desde que aparecieron los primeros coches con luces de xenon el atractivo de esa luz tan blanca, incluso azulada, ha sido algo muy deseado. Se ha convertido de hecho en una especie de icono estético, el conseguir una luz muy blanca: ese tipo de luces (una descarga eléctrica) suelen emitir una luz azulada, lo que se dice “fría”. La luz tan blanca tiene algunas ventajas: se parece más a la del sol y por lo tanto aquello que ilumina “se hace de día”. Al parecernos más brillante subjetivamente, también consigue el efecto de hacernos más visibles y por lo tanto más seguros. Por último, otra ventaja de la luz más blanca es que mejora el contraste que percibimos, y veremos mejor las señales de la carretera.

Para conseguir esa luz tan brillante y azulada, se comercializan bombillas que en el casquillo habitual de las motos usan lámparas de descarga adaptadas, últimamente incluso algunas con conjuntos de LED. Pero al no estar las ópticas adaptadas al mayor haz luminoso, estas bombillas deslumbran al resto de conductores (lo cual es peligroso porque pueden dirigirse hacia nosotros en vías de doble sentido) y no son legales.

Philips Crystal Vision

Philips, especialista con gran tradición en iluminación de vehículos, ha desarrollado algunas bombillas que tienen en cuenta todo esto. Sus modelos Crystal Vision ofrecen un haz luminoso totalmente legal y compatible con las ópticas de las motos del mercado. El filtro azul que poseen combinado con el filamento y gas interior usados resultan en un tono blanco muy brillante, muy “frío”. Iluminarán nuestra ruta con un haz muy blanco (como luz de día) así que “veremos” mejor, harán que nuestra moto aparezca más brillante ante los demás conductores (y “nos verán” mejor), y por último habremos conseguido ese efecto más estético de una luz muy blanca, casi azulada, como las lámparas de descarga (“efecto Xenon”).

La temperatura de color

El concepto de temperatura de color era algo desconocido hasta hace poco y es ahora muy popular. La definición de temperatura de color que encontrarás en wikipedia es la que se determina comparando su color dentro del espectro luminoso con el de la luz que emitiría un cuerpo negro calentado a una temperatura determinada: cuanto más caliente, más blanca (menos roja y más azul) será esa luz. En la práctica, cuando hablamos de tonos “cálidos” (aunque son temperaturas más bajas) es que nos vamos hacia el rojo en el espectro de luz, y cuando hablamos de tonos “fríos” (aunque es temperatura más alta) es que nos vamos hacia el otro extremo, hacia el azul.

Philips Crystal Vision

Todo esto tiene mucho que ver con las luces: hoy en día cuando vas a comprar una bombilla para casa, seguro que encontrarás el mismo tipo de bombilla con diferentes posibilidades de “temperatura” o tono de color. Hay quien las prefiere “cálidas” para una habitación, “frías” para una oficina o sótano-taller, etcétera. Las Philips Crystal Vision que citábamos son bombillas cuya temperatura de color está entre 3.500 y 4.000 K, bien por encima de los aproximadamente 3.000 K de una bombilla halógena estándar (más amarillenta o cálida).

Lo último

Lo más leído