Después de tantas idas y venidas, después de esos sí pero no, después de las indecisiones, de las filtraciones interesadas, después de todo, Maverick Viñales será piloto oficial de Yamaha, al menos, durante las dos próximas temporadas.
Gracias a este acuerdo, que se ha ido gestando en una sombra no demasiado oscura, el catalán pasará a contar con la que es, sin lugar a dudas, la moto de referencia en el Campeonato del Mundo de MotoGP a día de hoy y con una solera a sus espaldas importante. No hay que olvidar que desde 2008 se han llevado 5 de los 8 títulos en juego y, visto lo visto hasta la fecha, esta colección podría aumentar hasta los 9. Es más, si tomamos la referencia de la “Era MotoGP”, que arranca en 2002 con Yamaha en clara inferioridad mecánica y Valentino Rossi fulminando en Honda, vemos que aún así la marca de los tres diapasones ha sumado la mitad de los títulos puestos en juego.
Lo que se espera de Viñales no es que lo haga bien y se pegue con los mejores, si no que les supere
Entrar en un equipo con esta colección de triunfos en sus vitrinas implica que a partir de que se de la salida al GP de Qatar lo que se espera de Viñales no es que lo haga bien y se pegue con los mejores, si no que les supere. Está claro que “Mack” es una apuesta de futuro, pero que nadie tenga la menor duda de que en Yamaha va a tener el material para ganar y, por lo tanto, le exigirán que saque todo el partido disponible a la máquina desde el primer día. No obstante, cuando aterrice en el garaje del Movistar Yamaha lo hará con dos años de experiencia en la categoría.
Hasta el momento, Viñales cuenta con la “tranquilidad” que da el hecho de disponer en Suzuki de una moto que sobre el papel no es tan competitiva como lo pueden ser la Yamaha o la Honda. Haberse quedado con ellos hubiera sido, sin duda, la opción más conservadora, pues todo lo que se consiga será bueno y muestra de ello es la manera en la que se ha celebrado en la firma de Hamamatsu su podio en Francia. Sin embargo un piloto que aspira a ser Campeón del Mundo de MotoGP no puede conformarse con la opción cómoda, si no con la que más opciones de éxito prometa.
Tendrá que medirse de tú a tú con Vale, un piloto que lleva los juegos mentales con sus rivales al límite
El fichaje de Maverick me recuerda, en cierto modo, al de Ben Spies. El tejano llegó para cubrir el hueco de Valentino cuando este se fue a Ducati. Viñales llega para hacer lo mismo pero con el que deja Jorge Lorenzo y tener como referencia a un piloto que ha ganado los 3 últimos títulos de la marca. Es decir, el trabajo que le espera a Maverick por delante es el de sustituir al piloto que ha llevado la voz cantante en Yamaha y en el campeonato sin ser fagocitado por una estrella con el carisma y el poder de Valentino Rossi, capaz de levar a Yamaha a prescindir de su mejor piloto para quedarse con otro que “solamente” ha ganado 8 carreras desde que volvió a la marca. Así pues, a parte de la presión que sentirá por ser el más rápido en pista, el catalán tendrá que medirse de tú a tú con Vale, un piloto que lleva los juegos mentales con sus rivales al límite, más aún si también son sus compañeros de equipo. Es por eso que a Maverick solamente le valdrá ganar.
